El siguiente paso de Intel fue en 1974. Creó el 8080, un
microprocesador con 4.500 transistores, un bus de 8 bits y capaz de ejecutar
200.000 instrucciones por segundo. El gran éxito de la empresa llegó con el
8088 y el 8086, microprocesadores que IBM utilizaría para su primer ordenador
personal.
Debido a la buena respuesta de los consumidores por este
ordenador se convirtió en un estándar y, en consecuencia, también sería un
estándar el microprocesador de Intel. Muchas empresas lo utilizarían para sus
nuevos ordenadores e incluso fabricantes de hardware clonarían a Intel.
Los siguientes productos de Intel Inside fueron siempre
compatibles con sus predecesores así como los microprocesadores de otros
fabricantes. Empresas como IBM, AMD o Apple se han dedicado también a fabricar
microprocesadores pero estos son compatibles a nivel ensamblador con el juego
de instrucciones Intel, de manera que no todos los PCs tienen que ser
obligatoriamente “Intel Inside”.
Durante los primeros años de la historia de los
microprocesadores las aportaciones de otras empresas eran pocas, en la mayoría
de los casos lo que se fabricaba eran clones de los productos de Intel. AMD,
por ejemplo, entró fuerte en el mercado cuando la contrató IBM como segundo
fabricante de sus microprocesadores.
Según la política interna del gigante azul debía tener dos
fabricantes y no solo Intel. Las tres empresas trabajaron en conjunto hasta que
Intel decide rescindir el contrato e ir por su cuenta, a partir de ese momento
ya no comparte información ni códigos con AMD que la demanda por incumplimiento
de contrato.
A pesar de ganar la batalla contra Intel, AMD empieza a
crear sus propios modelos ya que se da cuenta de que creando clones de Intel
siempre estará por detrás de la gran empresa. A continuación una tabla resumen
de los principales microprocesadores de Intel permite observar el gran
crecimiento de esta industria.
Aunque no se observa en la tabla es importante resaltar que
hasta el momento Intel ha cumplido siempre con la Ley de Moore. Gordon Moore
era miembro cofundador de Intel y en 1965 formuló la ley empírica conocida como
Ley de Moore. Según la ley los microprocesadores duplicarán su número de
transistores en aproximadamente año y medio.
En consecuencia el ordenador baja de precio rápidamente pero
también queda obsoleto en cuestión de dos años. Es una ventaja para el
consumidor en tanto que pronto dispone de mayor tecnología y una desventaja
porque para estar al día debe invertir mucho capital. De todas maneras los de
Intel se muestran orgullosos de no haber fallado a la Ley de su fundador y
seguir mejorando tan rápidamente sus productos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario